Nuestra patrona principal es la Santísima Virgen María invocada con el título de «Madre de la Misericordia». Su fiesta se celebra el 16 de noviembre.
Desde generaciones en la Puerta de la aurora los habitantes de Vilna imploran gracias para ellos mismos y para sus seres queridos a través de la intercesión de la Madre de Dios. Numerosas copias de la imagen de la Madre de Dios de la Misericordia se encuentran en iglesias de países extranjeros, también en la Basílica de San Pedro hay una capilla, donde está expuesta una copia de dicha imagen. En 1773, el Papa Clemente XVI concedió una indulgencia a la Cofradía la Protectores de la Santísima Virgen María en Vilna. Con el decreto pontificio de 1927 la imagen de la Virgen María de la Puerta de la aurora, denominada la Imagen de la Madre de Dios de la Misericordia, fue coronada con las coronas papales. Las celebraciones de coronación adquirieron el mayor rango eclesiástico y estatal. Las coronas de oro fueron puestas por el nuncio del Papa en Lituania (las coronas desaparecieron durante la segunda guerra mundial).
Gracias a la Divina Providencia, pasados unos años (en 1935), al lado del ícono de la Madre de Dios de la Misericordia se rindió culto público a la imagen de Jesús Misericordioso por primera vez. Durante la segunda guerra mundial, gracias a la decisión del arzobispo metropolitano de Vilna, Romualdo Jalbrzykowski, el Icono de la Madre de Dios de la Misericordia permaneció junto a sus fieles adoradores en Ostra Brama (Puerta de la Aurora). Al finalizar la guerra, cuando Vilna pasó a formar parte de la Unión Soviética, se cerraron la mayoría de las iglesias. Sin embargo, la capilla de la Puerta de la Aurora permaneció abierta.
La Madre de Dios – el despertar de la confianza
“María es para nosotros la Madre de la Misericordia. María, empezó la obra de misericordia en el Calvario. Desde entonces, toda gracia fluye a los seres humanos a través de sus manos: Ella fortalecía a los Apóstoles en su trabajo. Ella alcanzó la inspiración para los evangelistas. Desde que fue llevada al cielo, hasta hoy cuida de nosotros e implora la misericordia de Dios para nosotros. Tal vez hayamos cometido más de un error durante nuestra vida, tal vez alguien se haya hundido en el pecado; sin embargo, María ha implorado para esa persona la gracia de la conversión. Solo Dios sabe cuántas veces esto ha sucedido, pero si esto ha ocurrido a menudo, entonces somos objeto de la mayor solicitud por parte de nuestra Madre de la Misericordia. Es Ella quien ha puesto en nuestros labios las palabras: “JESUS, CONFÍO EN TI” y ha alejado de nosotros el momento de la pena terrible y eterna. Con seguridad todo viene de Jesús Misericordiosísimo, pero toda la gracia que obtenemos viene a nosotros a través de María. (…) la evidencia de esto son los numerosos lugares de milagros donde, por la intercesión de la Santísima Virgen María, la gente encuentra la curación de enfermedades, el consuelo en la tristeza, la esperanza en la desesperación. No fue una coincidencia que el cuadro con la imagen del Salvador Misericordiosísimo, adorado y alabado en el mundo entero, por primera vez fuera expuesto a los pies de Nuestra Señora de la Misericordia (28 de abril de 1935 ) el primer domingo después de la Pascua), como si de alguna manera lo aprobase y recomendase. Por lo tanto estrechemos aún más los lazos que nos unen a la Madre de la Misericordia y confiemos en Ella sin límites”.
Beato Miguel Sopoćko